Esta arquitectura pega perfecto con tu personalidad monárquica… (nos ha recibido en su departamento del Palace Court, en San Isidro)

Sí, totalmente, es un lindo edificio… Siempre hemos vivido en esta zona. Y antes de irnos a Europa vivíamos en una casa en la calle Cádiz, que todavía está allí.

Y este barrio ha mantenido toda su tradición…

Sí. ¡Este es el barrio de Bryce, el Country! La casa de los Echenique está cerca…

¿Y te encuentras un poco en el personaje de (Un mundo para) Julius…?

No, pero sí me recuerda esa Lima… Los personajes de Lima siguen existiendo, aunque no sean estrictamente los mismos… Y Bryce no lo reconoce, pero de alguna manera es producto del matriarcado limeño, que es muy importante.

¿Y la explicación, de repente, de ciertos fenómenos políticos…?

De todo tipo. En Lima hay un matriarcado sutil, pero importante. En la Lima moderna es más visible en la política, pero en la Lima antigua uno ve figuras femeninas interesantes, de mucha presencia y poder. Tienes a Clorinda Málaga, a la señora Odría, Zoila Aurora Cáceres.

Y tu tía Martha…

¡Claro! Martha Hildebrandt, que es una pionera… Y yo creo que eso explica el fenómeno de por qué los hombres en Lima son un poco informalones en su vida…

¿Eternos niños…?

Eternos adolescentes. Hay una cosa en el peruano, sobre todo limeño, que es lúdico y adolescente, como que se recuesta en la responsabilidad de la mujer.

Será por eso entonces que han sido tan malos gobernantes…

Algunos, sí. A veces las mujeres se lo hacen un poco fácil también, ¿no?

¿Y cómo fue ser sobrino de Martha Hildebrandt?

Es que no soy sobrino, sino nietastro. Leonardo Altuve, mi abuelo, se casó, en el segundo matrimonio, con ella. Yo la conozco cuando regreso al Perú, en los 80. Mi abuela materna, a la que no vi, porque vivía en Venezuela, muere ese año. Entonces la figura de la esposa de mi abuelo fue Martha, hasta hoy.

¿Y quién llevó a quién al fujimorismo?

Cada uno llegó por su lado, pero en el fondo, creo que es la estructura cultural de mi abuelo. Él era un intelectual venezolano, embajador, muy culto, muy inteligente, pero un hombre, digamos, muy bolivariano, en el sentido de la autocracia bolivariana.

Martha reconoce su debilidad por los autócratas. ¿Tú también?

Sí, bueno, la autoridad para mí es, no sé si decirte que es una tentación, ¡es una inspiración…! Yo creo que la autoridad es muy importante…

Pero la libertad también, ¿no?

Sí, pero creo que el gran defecto de los países latinoamericanos es el desorden.

¿Es verdad que eres monarquista?

Yo creo que el proyecto de San Martín era el proyecto necesario. Lamentablemente, arrastramos no haber tenido un escalón, entre haber sido un país tan monárquico en el Virreinato y la República.

¿Por eso eres un tipo tan clásico…?

He tenido una formación europea, clásica, a la antigua, a la europea, y eso marca, ¿no?

Tu madre debe de haber sido una mujer muy inteligente…

Por mi madre he tenido admiración, sobre todo a su inteligencia, a su enorme bondad. Pero, más que nada, a no hacer sentir que la autoridad era arbitrariedad.

¿Y puso una valla tan alta que no encuentras mujer digna de ser tu esposa?

A veces ocurre que las madres ponen la valla más alta. Además, aquí hay un celestinaje social: ¡todo el mundo te quiere casar! Pero es muy peruano, ah. Y… como tú comprenderás, ¡con el matriarcado que tengo…!

Pero habrá mujeres en tu vida que rozaron la valla, ¿no?

Y que han estado a la altura, pero que por circunstancias no se ha dado… Porque a veces, cuando quieres, no te quieren, y cuando te quieren, tú no quieres.

¿Cuál es tu valla? Da pistas a tus fans .

¡Mis fans! (Ríe) Yo creo que, definitivamente la bondad… Mucha gente busca belleza, yo busco la elegancia… que es la belleza interior.

¿Tiene que ver con la clase social?

No. Hay cantantes folclóricas con gran distinción… Dina Páucar, por ejemplo. Me parece una mujer distinguida, elegante, imponente. A mí, Dina Páucar me parece una mujer atractiva.

Pero, en tu adolescencia, habrás tenido tus musas, ¿no?

Sí, bueno, las grandes mujeres… Sofía Loren, Audrey Hepburn. ¡Esas en la cúspide! Ava Gardner, ¡qué mujer!

Sospecho que nadie llegará a tu valla… ¡te quedarás soltero, Fernán!

No, de todo puede haber…

Y la paternidad… ¿te atrae?

Sí, y creo que lo más importante que debe pensar un hombre es no en ser padre, sino en darle una buena madre a sus hijos… He podido tener hijos, varios, y es una cosa que cualquier hombre puede. Pero, ¿le estás regalando a tu hijo, a la persona que vas a querer más que a nada en el mundo, una gran madre, que sienta la plenitud, que sea dichosa y que le dé todo el amor? Porque el amor de madre nunca se puede reemplazar.?
Autoficha

Mi nombre es Fernán Romano Altuve-Febres Lores. El pueblo me conoce como Huevoduro.

Nací en Lima, hace 42 años. Viví desde los tres hasta los nueve años en Europa. Estudié en el Colegio Hispano-Británico. Soy caballero de la Orden de Malta.

Soy soltero.

Publicada en La República